HOLA, AMIGOS.
EN ESTE DIA TAN ESPECIAL COMO LO ES EL MIERCOLES DE CENIZA, PIDAMOS POR NUESTROS FAMILIARES Y AMIGOS ENFERMOS, POR SUS FAMILIAS Y POR TODAS AQUELLAS PERSONA QUE CUIDAN DE ELLOS.
En el nombre, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado. Creemos que estás
realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de
nosotros.
Te alabamos y te adoramos, por venir hasta nosotros
como pan vivo bajado del cielo. Tú eres la plenitud de la vida. Tú eres
la resurrección y la vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.
Hoy queremos presentarte a todos los enfermos, porque para Ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el espacio.
Tú eres el eterno presente y Tú los conoces. Ahora, Señor, te pedimos
que tengas compasión de ellos, para que todos reconozcan que Tú estás
vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve su fe y su confianza en Ti; te
lo suplicamos, Jesús.
Ten compasión de los que sufren en su
cuerpo, de los que sufren en su corazón y de los que sufren en su alma
que están orando y oyendo los testimonios de lo que Tú estás haciendo
por tu Espíritu renovador en el mundo entero.
Ten compasión de
ellos, Señor. Desde ahora te lo pedimos. Bendícelos a todos y haz que
muchos vuelvan a encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan
abriendo a las maravillas de tu amor, para que también ellos sean
testigos de tu poder y de tu compasión.
Te lo pedimos, Jesús,
por el poder de tus santas llagas, por tu santa cruz y por tu preciosa
sangre. Sánalos, Señor. Sánalos en su cuerpo, sánalos en su corazón,
sánalos en su alma. Dales vida y vida en abundancia.
Te lo
pedimos por intercesión de María Santísima, tu madre, la Virgen de los
Dolores, quien estaba presente, de pie, cerca de la cruz. La que fue la
primera en contemplar tus santas llagas y que nos diste por madre.
Tú nos has revelado que ya has tomado sobre Ti todas nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido curados.
Hoy, Señor, te presentamos en fe a todos los enfermos que nos han
pedido oración y te pedimos que los alivies en su enfermedad y que les
dés la salud.
Te pedimos por la gloria del Padre del cielo, que
sanes a los enfermos que van a leer esta oración. Haz que crezcan en la
fe, en la esperanza, y que reciban la salud para gloria de tu Nombre.
Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a
través de los signos y prodigios de tu amor. Todo esto te lo pedimos
Jesús, porque Tú eres Jesús, Tú eres el Buen Pastor y todos somos ovejas
de tu rebaño.
Estamos tan seguros de tu amor, que aún antes de
conocer el resultado de nuestra oración en fe, te decimos: gracias
Jesús por lo que Tú vas a hacer en cada uno de ellos.
Gracias
por los enfermos que Tú estás sanando ahora, que Tú estás visitando con
tu misericordia. Gracias, Jesús, por lo que Tú vas a hacer.
Lo
depositamos en tus manos desde hoy y te pedimos que lo sumerjas en tus
santas llagas. Que lo cubras con tu sangre divina, y que a través de
este mensaje tu corazón de Buen Pastor hable a los corazones de tantos
enfermos que van a leerlo.
Gloria y alabanza a Ti, Señor!
Amén.
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